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sábado, 21 de agosto de 2010

María Eleonor Prado - Chile



AFÍN

Concuerdo contigo en todo,
desde el leve movimiento que hace
el rostro para retener y asombrar,
hasta el ruborizado pináculo de tu lengua;
aplaudo entonces el tránsito de tu boca,
el apacible meneo de tus ojos
y el endógeno zigzagueo de tu cuello
cuando algo te parece mal.

No hay deliberaciones,
acompaño sin chistar la consecuencia
de tu ser armónico,
las cálidas palmas de tus manos,
esas nobles palas que arremeten mi rostro
y calientan mi ser.

Así es la vida no?
un constante tocar para sentir,
observar para formarte en el corazón,
querer queriendo ser amado,
rozando sin dejar heridas.

Y es que soy ente de piel
auque no se quiera,
si la capacidad del cuerpo se viera
maniatada tan solo a la vida
contemplativa,
se haría el musgo sobre los huesos,
la hiedra tapando todo.

Y me debato si
entre la vida y la muerte,
entre este mundo y el otro
cuando tu posas la carne
tan cerca de la mía.