BLANCA BALBASTRE - ESPAÑA

PERFIDIA


Cuando fuimos auténticos
empezamos a odiarnos.
Hicimos la guerra y logramos
la calma.
La paz nació muerta
y no quisimos reanimarla.
Ahora nos miramos y
mentimos sonrientes.
La distancia conspira en familia
su última perfidia
y el eco zalamero
viene al salón a complacerme.
Las paredes susurran temerosas.
La propaganda se expande
discretamente.
La traición es evidente.
Boca a boca se extiende
entre las calles altivas
hasta el otro continente.
Ya sabemos herir hasta matar
pero no somos conscientes.
Procuro evitar la valentía
que agrede
mostrándome impasible siempre
hasta el mismo límite de la paciencia
donde aprendo a ser tolerante
con indecencia obscena.
Creen que soy vacua e ignorante
porque finjo estar serena y alegre
cuando estoy realmente triste
conviviendo con demasiados artilugios.
Tal vez no me esmero lo suficiente
en sacar brillo a la esperanza
de conciliar entendimientos
incompatibles
porque soy escéptica
de poder hacer milagros
en solitario.
Convencida del hartagzo que supone
cada leve concesión de terreno
contra mi propia naturaleza
me cuido
y cuido a quien confío mi orgullo.
Por eso hago un pacto de silencio
con el tiempo y me dedico a mis asuntos
que son solo nuestros.


EL ULTIMO VIAJE

Dedicado a Alina Galliano:

Yo te recordaré en la plenitud de la vida, después de tu último viaje a las estrellas,
conservaré intactos los días espléndidos que compartimos a la luz del Sol
atravesando las olas del fuego íntimo que nos unió abrazadas al mismo amor,
un amor conciliador de nuestro hambre de vivir en la cima de dos pechos enamorados,
con las ganas de arrancarnos la carne, mujer contra mujer hasta el tuétano de los huesos.

Rescataré del olvido aquellos capítulos íntegros de nuestra memoria volátil
para poder curarme la tristeza de tu ausencia, sintiéndote siempre viva en mí,
sin que haya pérdida alguna de la divina sustancia que te colma,
trascendiendo el territorio de lo personal a lo incorpóreo,
por tantos años inmortal en ti a golpe de milenio.

Tendré a mi lado tu libre presencia para poder nombrarte mi ángel del amor,
mientras la humana naturaleza me obligue a sobrevivirte dignamente,
con la misma sonrisa contagiosa que tú no me sabías negar
cuando mis ojos te convidaban a chispazo limpio en cada rincón
de nuestra estancia temporal, cuidándonos mútuamente al calor de nuestro hogar.

Quisimos amarnos bien, a fuerza de entregarnos nuestra jugosa feminidad,
como el licor más dulce para ese glorioso ritual de los paladares amantes
en cada fiesta de la abundancia que tú y yo celebrábamos generosamente,
conocedoras como éramos ambas, tú de mis ávidas fauces viscerales,
y yo de tu volcánica embocadura multiorgásmica, robándole entre las dos las horas al cansancio .

Cuando tú vuelvas sabré reconocerte en el tiempo de espera de todas mis existencias,
adoraré la áurea envoltura que me revele los colores de tu exacta medida en el plano material
para sentirte conmigo y vivirte en cada recién nacido cuerpo tuyo
con ese suave vaivén que columpia mi esperanza en brazos de tu espíritu
que tanto y tanto añoro desde tu único viaje involuntario a destiempo con el mío.



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Blanca Balbastre en SalamagA